11S 20 años
EL DÍA QUE CAMBIÓ EL MUNDO
Se cumplen veinte años del peor atentado en la historia. Cuatro aviones fueron secuestrados por terroristas de Al Qaeda. Dos impactaron en las Torres Gemelas, uno en el Pentágono y el cuarto fue desviado y cayó en Shanksville, Pensilvania. En total 2996 personas murieron (incluyendo los 19 terroristas) y otras miles quedaron con secuelas físicas y psicológicas. El autor intelectual, Osama Bin Laden, fue capturado años más tarde y asesinado. Los otros acusados, detenidos en una cárcel de Guantánamo, esperan juicio. Fue un martes 11 de setiembre de 2001, el día que el mundo cambió para siempre.
VÍCTIMAS DE LOS ATENTADOS
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Cuatro aviones secuestrados
Todo estaba calculado y nadie podía sospechar. 19 terroristas decidieron secuestrar cuatro aviones de pasajeros y usarlos como misiles contra símbolos norteamericanos. Lo habían planificado y coordinado meses atrás. Las órdenes venían de Al Qaeda del otro lado del océano, pero los terroristas ya vivían en Estados Unidos y allí se entrenaron como pilotos. Cuando el día llegó, embarcaron como cualquier pasajero y una vez arriba del avión, en plena ruta, pusieron en marcha el plan macabro.
American Airlines 11
Ese martes 11 de setiembre de 2001, el vuelo 11 de American Airlines debía partir a las 07:45 de Boston hacia Los Ángeles. Viajaban los dos pilotos, nueve azafatas y 81 pasajeros, entre ellos cinco secuestradores: Mohammed Atta, el terrorista que pilotearía el avión, Abdulaziz al-Omari, Waleed al-Shehri, Wail al-Shehri, y Satam al-Suqami. Llegaron separados al aeropuerto y una vez arriba, se sentaron en sus asientos.

15 minutos después de despegar, a las 08:14 hora local, dos azafatas fueron apuñaladas y un pasajero, Daniel Lewin, fue degollado. Dos terroristas entraron a la cabina y asesinaron al piloto y al primer oficial. Usaron gas pimienta para impedir que los pasajeros los detuvieran y amenazaron con hacer explotar una supuesta bomba. Una de las azafatas, Betty Ong logró tener una conversación de 25 minutos con la torre de control y fue relatando lo que estaba pasando. “Creo que nos secuestraron”, dijo.

Por error, a las 08:24 los controladores en tierra escucharon un mensaje de los terroristas a los pasajeros. “Tenemos varios aviones. Simplemente quédense quietos y todo irá bien”. A las 08.33 volvieron a pedir tranquilidad y anunciaron que volvían al aeropuerto. Nunca pasó.

A las 08:46 el vuelo 11 de American Airlines impactó entre los pisos 93 y 99 de la Torre Norte del World Trade Center en Nueva York. 
United Airlines 175
El vuelo 175 de United Airlines también salió de Boston a las 07.59 hora local con 65 personas a bordo. Fue secuestrado por cinco terroristas sobre las 08.30. Los secuestradores eran Fayez Banihammad, Mohand al Shehri, Hamza al Ghamdi y Ahmed al Ghamdi. El piloto era Marwan al Shehhi, un amigo de Mohammed Atta, el piloto del vuelo 11 de AA. 

También con cuchillos y gas pimienta, los secuestradores tomaron la cabina. Uno de los pasajeros logró llamar a su familia y avisar de la situación. “Si ocurre será muy rápido. ¡Dios mío, Dios mío!” dijo en el mensaje. 

A las 09:03  el avión golpeó la Torre Sur del World Trade Center.
American Airlines 77
El Boeing 757 despegó del aeropuerto Dulles de Washington a las 08:20 rumbo a Los Ángeles con 64 personas, entre ellos seis miembros de la tripulación. Unos 30 minutos después fue tomado por cinco terroristas. Los secuestradores eran Majed Moqed, Hani Hanjour, Khalid al Mihdhar, Nawaf al Hazmi y su hermano Salem al Hazmi. Hani Hanjour era el piloto de este vuelo.

Una de las pasajeras, Barbara Olson, logró llamar a su esposo pero se cortó la comunicación. Su marido le explicó qué había pasado en Nueva York y pero la llamada se volvió a cortar.

A las 09:38  se estrelló contra el Pentágono a 850 kilómetros por hora.

58 pasajeros y los seis miembros de la tripulación murieron. En tierra, 125 personas fallecieron por el impacto. 

United Airlines 93
El Boeing 757 despegó con destino a San Francisco a las 08:42 de Newark, Nueva Jersey y 45 minutos después fue secuestrado. Viajaban 44 personas, incluyendo los 7 integrantes de la tripulación. El avión partió con demora aunque ya se conocía el primer choque en la torre Norte en Nueva York. El piloto recibió un aviso desde la torre de control y fue entonces que los secuestradores entraron en la cabina con cuchillos. Según las grabaciones registradas en los documentos de la Comisión que investigó los atentados, los pasajeros decidieron enfrentarse a los terroristas e impedir el secuestro. Se escucha a uno de ellos gritar: “¡A la cabina. Sino moriremos todos!”.

A las 10:02  el avión se estrelló en un campo en Shanksville, Pensilvania.

Los cuatro secuestradores del vuelo 93 eran Ziad Jarrah, Ahmed al Nami, Saeed al Ghamdi y Ahmad al Haznawi. Se cree que había un quinto secuestrador para este avión, Mohamed al Kahtani, que no pudo entrar en Estados Unidos cuando intentó hacerlo en agosto de 2001.
Las Torres Gemelas
El martes 11 de setiembre de 2001 el cielo estaba despejado en Nueva York. Eso hizo que muchos pudieran ver, de cerca o a la distancia, el momento exacto en el que el mundo dejó de ser lo que era. A las 08.46 de la mañana, un avión con 92 personas impactó a 790 kilómetros por hora en la torre Norte del World Trade Center, en el centro financiero de Manhattan en Nueva York. El edificio se prendió fuego y por unos instantes pareció un accidente. Unos minutos después y en vivo, otro avión se estrelló contra la torre Sur. Ya no había ninguna duda, se trataba de un atentado terrorista. 
Las imágenes mostraban a cientos de personas atrapadas por el humo y el fuego. El avión se había metido en la mitad del edificio con el tanque de combustible lleno. Las personas atrapadas en los pisos superiores comenzaron a llamar a sus familiares para despedirse. Algunas se asomaban a las ventanas esperando un milagro. El 911 tuvo que contener y apoyar a los que estaban ahí pero algunos no aguantaron y se arrojaron al vacío. Las imágenes de las personas cayendo recorrieron el mundo. Los que pudieron salir porque estaban en los pisos más bajos, cuentan que eran miles de personas intentando huir por las escaleras y los ascensores de las dos torres. A las 9:03 chocó el segundo avión y todos entendieron que no había sido un accidente.

La torre Sur se derrumbó 56 minutos después del impacto. No dio tiempo para mucho y en 10 segundos desapareció uno de los símbolos de la ciudad. El combustible prendido fuego derritió el acero y provocó el desplome. Solo quedaron escombros. Montañas y montañas de escombro. A las 10.28 también se cayó la torre Norte y otros edificios cercanos sufrieron daños en sus estructuras. Apenas 102 segundos y otra vez una nube de polvo cubrió Manhattan. El impacto fue tal que hay restos de ADN de víctimas que nunca pudieron ser encontrados. Hoy, 20 años después, sólo se hallaron restos de 1647 víctimas. El 40% de los fallecidos aún no pudo ser identificado. Los sonidos de las sirenas y los gritos de desesperación retumbaban por cada esquina. Los que podían se alejaban de la zona, buscaban refugio, llamaban a sus familiares. Para ese entonces lo único que había para hacer era correr.

El informe de la Comisión que investigó los atentados indicó que más de 16 mil personas estaban en la zona en el momento de los atentados en Nueva York. Como consecuencia del ataque a las Torres Gemelas murieron 2753 personas. De ellas 343 eran bomberos, 23 policías y 37 agentes de la autoridad portuaria que fueron a rescatar a los atrapados por el fuego. Unas 20 personas lograron salir de los escombros. La limpieza de la zona llevó casi un año y según cifras de la ciudad de Nueva York, se retiraron de la zona cero 1,8 millones de toneladas de escombros.
Las consecuencias de los atentados perduran hasta hoy. Unas 67 mil personas solicitaron ser indemnizadas luego de desarrollar enfermedades como consecuencia de los ataques. La mitad se refieren a pacientes con cáncer y unas 3900 solicitudes fueron presentadas por familiares de personas que fallecieron por enfermedades generadas por el humo y el polvo en el lugar.
Once niños murieron en los atentados del 11 de setiembre. Tenían entre 2 y 11 años y todos eran pasajeros de los aviones secuestrados. 
Once niños murieron en los atentados del 11 de setiembre. Tenían entre 2 y 11 años y todos eran pasajeros de los aviones secuestrados. 
Las consecuencias de los atentados perduran hasta hoy. Unas 67 mil personas solicitaron ser indemnizadas luego de desarrollar enfermedades como consecuencia de los ataques. La mitad se refieren a pacientes con cáncer y unas 3900 solicitudes fueron presentadas por familiares de personas que fallecieron por enfermedades generadas por el humo y el polvo en el lugar.
Alberto Domínguez: el uruguayo en el vuelo A11
Alberto Domínguez era uruguayo pero vivía en Sydney, Australia desde 1973. Allí trabajaba para la aerolínea Qantas y además, había sido conductor de varios programas en la radio local SBS. En su juventud en Uruguay había sido un destacado ciclista.

En setiembre de 2001, Domínguez se encontraba en Boston junto a su esposa Marta visitando a su cuñada, Milka Barboza. Ella había sido operada y el matrimonio había viajado desde Sydney para acompañarla.  Según contó en ese entonces su hija a varios medios uruguayos, Domínguez tenía vuelo de regreso a Australia para el 9 de setiembre pero como la situación de salud de su cuñada se complicó, decidió cambiar el pasaje para el 11. Tenía conexión Boston con Los Ángeles y era el vuelo 11 de American Airlines. Embarcó y se sentó. Tres filas más adelante estaba sentado Mohammed Atta.
A las 07.59 el avión despegó con 81 pasajeros. Entre ellos estaban Atta, Satam Al Suqami, Abdulaziz al-Omari,  Walled al-Shehri y Wail al-Shehri, los otros terroristas. En los documentos de la Comisión investigadora del 11S se informó que el avión tenía 38 mil litros de combustible recién cargados.  El Boeing 737 se estrelló a las 08:46 en la torre Norte en pleno Manhattan. 

Alberto Domínguez había nacido el 12 de julio de 1934 en Montevideo. En 1955 se casó con Marta Barboza y tuvieron cuatro hijos. En 1973 emigró a Australia. En Uruguay era un reconocido ciclista y corrió representando al Club Ciclista de América y Unión Ciclista. Participó de los Juegos Panamericanos en Chicago en 1959. En un homenaje que la radio SBS hizo luego de su muerte en los atentados, sus colegas lo recordaron como un pionero de la radio local y una persona muy generosa. Domínguez integraba varias fundaciones para ayuda de migrantes locales y también para enviar fondos a Uruguay. El nombre de Alberto Domínguez se encuentra escrito en el Memorial ubicado en la Zona Cero de Manhattan junto al de todas las otras víctimas de los atentados.
Los uruguayos que sobrevivieron
A las ocho y cuarenta y seis de la mañana, hora de Nueva York, hace 20 años, en el preciso instante en que el primer avión secuestrado se estrelló contra la torre norte del World Trade Center, el uruguayo Claudio Cacciavillani terminaba el café con donas que había comprado para el coffee break. Su compatriota Javier Porley —quien ese día venía con retraso en las refacciones del piso 85 de la torre sur, en la que se estaba instalando un bufete de abogados— acababa de remover la última parte de un cielorraso. Ambos se desempeñaban como obreros. Una vibración, de esas que hacen resonar el mobiliario, los sacudió. Por el enorme ventanal se percibía algo de humo, fuego y papeles que volaban.
Enseguida supieron que algo había pasado. Algo extraño, distinto. Algo que podía ser terrible, pero jamás un ataque terrorista con un avión de pasajeros. Mucho menos que 17 minutos después otro avión se iría a estrellar contra la torre en la que estaban. Un cruce de miradas, como acto reflejo, les alcanzó para darse cuenta de que era el momento de irse; bajaron 85 pisos por una escalera en la que cabían solo dos personas a la vez, y en la que descendían oficinistas asustados y ascendían rescatistas expectantes de lo que se encontrarían. Ese instinto y esa mirada cómplice los salvó.

Veinte años después, Claudio y Javier recuerdan aquel martes 11 de setiembre de 2001.
Vivir en Manhattan y ayudar en la Zona Cero ​
Diego Sánchez es uruguayo pero se había ido a Nueva York en 1998. En setiembre de 2001 se encontraba en su apartamento en Manhattan. Se despertó un poco más tarde y vio pasar por su ventana un avión muy bajo. Minutos después vino el impacto, el humo, las sirenas y el polvo. El día después decidió que iba a ir a ayudar. Primero realizó tareas de triage y luego fue conducido a la Zona Cero para realizar sesiones de Shiatsu a los bomberos, policías y militares que trabajaban entre los escombros. Veinte años después de los atentados, Sánchez recuerda los hechos y las repercusiones que generaron en su vida.
Una bandera uruguaya entre los escombros
Días después de los atentados a las Torres Gemelas, los policías de Nueva York encontraron una bandera uruguaya entre los escombros. La entregaron al consulado uruguayo en la ciudad y luego la enviaron a Montevideo. Aún no se sabe por qué estaba allí. No había ninguna oficina de ninguna representación oficial uruguaya en la zona del World Trade Center. Las franjas de la bandera se corrieron como consecuencia del incendio, la explosión y el derrumbe. Hoy se encuentra en el Archivo Histórico Diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores. 
Después de los atentados, George Bush declaró la “guerra contra el terrorismo”. En 2011 un comando capturó y mató a Osama Bin Laden en Pakistán
Los atentados del 11 de setiembre de 2001 fueron reivindicados por la organización terrorista Al Qaeda. Su líder, Osama Bin Laden, fue capturado y asesinado por un comando estadounidense en Pakistán el 2 de mayo de 2011.

Antes, Estados Unidos acusó a Khalid Sheikh Mohamed, de ser el autor intelectual de los ataques. Habría sido el arquitecto y quién propuso a Bin Laden el ataque.

Mohamed fue capturado junto con otros cuatro cómplices en 2003 también en Pakistán y llevados por la CIA para ser interrogados. Hoy se encuentran en una celda de máxima seguridad en la cárcel de Guantánamo, en Cuba. Los otros cuatro acusados son Amar al Baluchi, Walid bin Atash, Ramzi bin al Shibh y Mustafa al Hawsawi. Los cinco se encuentran presos allí desde hace casi 15 años. El juicio no ha comenzado y está empantanado porque los detenidos fueron torturados por la CIA luego de ser capturados. Van más de nueve años de audiencias previas y esta semana comparecieron después de 18 meses sin instancias judiciales debido a la pandemia del coronavirus. Se estima que podría pasar más de un año antes de que comience efectivamente el juicio y otro más para que se llegue finalmente a un veredicto.

Entrevistas: Tomer Urwicz, Faustina Bartaburu y Mateo Vázquez
Video y edición: Mateo Vázquez y Faustina Bartaburu
Animaciones e infografías: Faustina Bartaburu
Textos: Tomer Urwicz, Agencias AFP, EFE y Archivo El País
Fotos: Archivo El País, gentileza Javier Porley, gentileza Diego Sánchez, gentileza Claudio Cacciavillini
Editora Multimedia: Florencia Traibel
Desarrollo: Diseño Digital El Pais
SETIEMBRE 2021