A las nueve comenzó el movimiento bajo las órdenes del preparador físico Daniel Curbelo, que fue muy liviano: un trote, un “monito” y toques cortos. Cuando terminó el entrenamiento, Bengoechea tuvo que improvisar una rueda de prensa ante la demanda periodística: “Si voy a jugar o no, es una decisión del técnico, porque mis compañeros también entrenar para jugar y yo haré lo mismo”, dijo.
Aguirre, en cambio, no realizó declaraciones ese día.
Peñarol tenía urgencia por ser campeón ese año, luego de tres títulos consecutivos de Nacional. No le fue bien en el Torneo Apertura. Sin embargo, en el Clausura cambió el panorama: conquistó el Clausura y la tabla anual con Bengoechea en el plantel, aunque no como titular. El aurinegro venció en la final al tricolor. Pablo no jugó esa noche, pero sumó un nuevo campeonato y concretó su retiro como jugador, que ya había anunciado semanas antes.