El día que Pablo Munhoz llevó el brazalete de la Selección uruguaya
Luis Prats
“Lo primero fue llamar a mis padres y pellizcarme”, comentó Pablo Munhoz cuando se enteró que sería titular en la Selección uruguaya ante Chile por las eliminatorias para el Mundial 2006, el 15 de noviembre de 2003. Seguramente, su sorpresa sería todavía mayor en el vestuario antes del partido, cuando el técnico Juan Ramón Carrasco le comunicó que sería el capitán del equipo.
Eran los tiempos iniciales de JR al frente de la Celeste, un tiempo de esperanza en un fútbol muy ofensivo en el seleccionado y también de sorpresas por las singularidades del entrenador nacido en Sarandí del Yí, tan dispuesto a usar trajes de colores poco comunes como a cambiar medio equipo luego de ganar por goleada.
El riverense Munhoz tenía 21 años y era un prometedor futbolista de Defensor Sporting, aunque en ese momento no era titular en su club. Con la Selección había jugado apenas unos minutos en el amistoso ganado a México un mes antes en Chicago por 2-0. Ese día entró avanzado el segundo tiempo por Carlos Grosnile.
Uruguay había debutado en aquellas eliminatorias con una rotunda exhibición: 5 a 0 a Bolivia. Para el siguiente encuentro, frente a Paraguay en Asunción, Carrasco optó por realizar seis cambios en la formación titular, lo cual se pagó con una derrota por 4-1.
Chile fue el tercer rival y allí, en el Estadio Centenario, estuvo Munhoz como carrilero por la derecha. Y con el brazalete de capitán, en cumplimiento de la teoría de Carrasco de rotar esa responsabilidad entre todos sus jugadores. Esta fue la alineación: Gustavo Munúa; Cristian González, Diego López, Alejandro Lago; Marcelo Sosa, Pablo Munhoz, Martín Ligüera, Richard Núñez; Javier Chevantón, Carlos Bueno y Diego Forlán.
Según las crónicas, el joven futbolista violeta no llegó a gravitar. Tuvo alguna subida interesante por la punta, que no culminó bien, y se encontró con algunos problemas cuando el volante trasandino Mark González buscó atacar por su lado. Para colmo, el encuentro empezó complicado, con un gol del chileno Meléndez, aunque poco después lo empató Javier Chevantón, de tiro libre.
Así terminó el primer tiempo. Cuando los equipos regresaron para la segunda parte, se comprobó que Munhoz ya no estaba en el equipo, reemplazado por Adrián Romero (tampoco Diego Forlán, sustituido por Germán Hornos). Y fue justamente Romero el autor del gol del triunfo.
Cuatro días más tarde, Uruguay visitó a Brasil en Curitiba. Munhoz, titular y capitán ante Chile, no figuró ni entre los suplentes. Y el capitán esa noche fue justamente Adrián Romero. El encuentro fue de locos: de un baile brasileño con un 2-0 en el primer tiempo pasó a ser triunfo parcial uruguayo por 3-2 hasta que cerca del final lo empató Ronaldo.
Munhoz no volvió a jugar con la Celeste. Pronto se fue al Hajduk Split de Croacia. Allí fue compañero o llegó a enfrentar a varios futuros subcampeones mundiales en Rusia 2018. Tendría un breve regreso al fútbol uruguayo en Nacional, pero volvió a emigrar, ahora a China. Después pasó por varios clubes uruguayos, de Suiza y de Brasil, para volver al país y estirar el tramo final de su carrera entre equipos del ascenso y del interior.
Carrasco, mientras tanto, sería cesado después del siguiente partido por las eliminatorias, una derrota ante Venezuela en el Estadio Centenario en marzo de 2004.