En 2002, Uruguay llegó al repechaje luego de una angustiosa serie eliminatoria sudamericana. Australia, en cambio, había ganado el grupo de Oceanía marcando de a 20 y 30 goles a combinados de minúsculas islas de la zona.
El desempate intercontinental comenzó en Melbourne con una estrecha victoria australiana por 1 a 0. La clasificación celeste dependía de vencer la revancha por dos goles de diferencia, sin olvidar que si los australianos marcaban algún gol valdría doble por su condición de visitantes.